Durante el transcurso de los días de calor, los chicos y los profesores de la Escuela de Verano Murialdinos, de la Municipalidad de Capital, realizaron una gran cantidad de actividades. En esta oportunidad, decidieron compartir esa experiencia con sus familiares, para celebrar el cierre de esta temporada.
De esta manera, los diferentes grupos que la integran, que pertenecen a los barrios Olivares, Flores y Soberanía, realizaron una muestra de todos los conocimientos aprendidos y el desarrollo de su proceso. Los papás, los tíos y abuelos presenciaron con alegría la destreza de sus pequeños y tomaron fotos para el recuerdo.
Una de las cosas a destacar fue que, en cada taller, se trabajaron, desde lo lúdico, valores esenciales como el respeto a los compañeros y al resto de las personas, la solidaridad, el trabajo en equipo y el esfuerzo. Por ejemplo, los niños jugaban a pasarse la pelota sin que cayera al suelo y se necesitaba del “trabajo en equipo” para poder lograrlo. También, hicieron una demostración con obstáculos de madera donde un grupito debía ayudar a un compañero, a través de “la solidaridad,” para que atravesara el camino de maderas y pudiera llegar al otro lado.
Además, los alumnos exhibieron un pino de navidad que habían fabricado ellos mismos, que estaba decorado con cartelitos de buenos deseos para toda la comunidad. Entre sus diferentes deseos, pidieron para que no existiera la violencia y que todos fueran amigos. Por otro lado, hubo bailes y canciones, en los que, entre ellos, se pintaban la cara color verde: color esperanza.
Una de las coordinadoras, Dana Quiroga, explicó que también realizan natación y, para ello, utilizan la pileta y las instalaciones del Gimnasio Municipal Nº 4, además de realizar diferentes actividades deportivas, recreativas y talleres de cocina. “Hacían ensaladas de frutas o pizzas y se repartían los roles, unos condimentaban la salsa y otros le ponían el queso”, dijo. Una de las mamás, Karen de Gómez, agregó: “Yo estoy muy contenta porque traje a mis hijos de 12 y 6 años y los dos se divirtieron mucho. El más grande no sabía nadar y acá se animó y aprendió”, dijo emocionada.
Cuando llegó el equipo de Mendoza Maravillosa, los chicos demostraron su apoyo y recibieron muy bien la “campaña de la estrella”.