La jornada fue organizada por la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza con el fin de promover la participación y recreación basada en la realización de juegos inclusivos.
“El objetivo planteado es estimular por medio del juego, la inclusión y aceptación de las diferencias como base de la convivencia ciudadana, reforzando, además, la concientización sobre la problemática de las personas con discapacidad”, aseguró Alejandra Weintraub, directora de la Casa del Discapacitado.
La Casa del Discapacitado fue la anfitriona del encuentro. Asistieron 40 chicos con discapacidad leve y moderada, con problemas de motricidad, chicos ciegos y de baja visión; quienes agasajaron a los invitados con galletitas elaboradas por ellos mismos y obsequiaron velas confeccionadas en el taller de arte de la casa.
En la propuesta también intervinieron los alumnos del Colegio Andino, Escuela Helen Keller, Thadi y el Colegio Reta de Tupungato; instituciones con reconocida trayectoria en el ámbito educativo, social y con lineamientos de trabajo basados en la incorporación y desarrollo de capacidades individuales y grupales.
Las actividades se realizaron a través de tres estaciones. Una, de juegos recreativos, otra de trabajo de difusión de Sistema Braile y un grupo de trabajo de nociones básicas de lengua de señas.
“Es una experiencia sumamente placentera, la inclusión es lo que buscamos todos los días. Que los chicos convencionales puedan compartir con los discapacitados es algo maravilloso. Hay una persona discapacitada cada 5 hogares, este dato es un indicador muy relevante”, afirmó Marcos Olivera, Profesor de Educación Física especializado en discapacidad.
Por su parte, Francisco, integrante de la Casa del Discapacitado señaló: “Me encantó enseñarle a los chicos la lengua de señas, prestaron mucha atención y aprendieron rápido, me gustó que se engancharan y tomaran la actividad en serio”.
Milagros, alumna del Colegio Andino dijo que “a través de los juegos pudimos integrarnos todos y conocer más sobre ellos. Nos gustó mucho aprender sobre el Sistema Braile y las actividades fueron muy divertidas».
Pedro, del mismo colegio, comentó entusiasmado “me encanta estar con personas con discapacidad, me llegan al corazón, son puros, no tienen maldad, son muy tiernos”.