El municipio adquirió ocho desfibriladores para ser ubicados en esos espacios, por donde transitan unas 10 mil personas al mes.
La muerte súbita cardíaca y otras formas de muerte inesperada se cobran millones de vidas al año alrededor del mundo, pero que se pueden prevenir y tratar de forma adecuada si la planificación y las medidas a tomar alcanzan a la comunidad.
En ese sentido, el municipio adquirió ocho desfibriladores externos automáticos (DEA) que serán colocados en los gimnasios municipales, el edificio municipal y la Nave Cultural, para convertirse en una de las primeras dependencias públicas en poseer estos sistemas.
El DEA es un aparato electrónico portátil que diagnostica y trata el paro cardiorrespiratorio cuando es debido a la fibrilación ventricular (en que el corazón tiene actividad eléctrica pero sin efectividad mecánica) o a una taquicardia ventricular sin pulso (en que hay actividad eléctrica y en este caso el bombeo sanguíneo es ineficaz), restableciendo un ritmo cardíaco efectivo eléctrica y mecánicamente.
Cuando la actividad del corazón cesa en forma abrupta por un problema eléctrico o desorden, solo puede ser revertido por la rapidez con la que se comienza a realizar el trabajo de RCP (Reanimación Cardio Pulmonar) y se aplique un choque eléctrico en el pecho con los DEA.
Cada uno de los espacios municipales donde se coloquen estos desfibriladores será denominado Área Cardioprotegida, es decir que contará con los elementos necesarios para asistir a una persona en los primeros momentos luego un paro cardíaco, dándole mayores posibilidades de sobrevida a ese paciente.
“Contar con desfibriladores es contar con una protección extra para cada una de las personas que asisten diariamente a estos espacios”, sostuvo Pablo Espina, director de Deportes y Recreación del municipio, tras recibir los desfibriladores que se ubicarán en cada uno de los gimnasios municipales, que reciben mensualmente a unas 10 mil personas.