El martes 8 de septiembre se festejó el Día de la Alfabetización. Por ese motivo, durante la segunda semana de ese mes, se realizaron actividades en la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza para distinguir al Plan de Alfabetización “Dr. Juan Draghi Lucero”. Este mecanismo de capacitación es el único que permanece con continuidad desde la implementación del Plan Nacional de Alfabetización de 1984.
El Teatro Quintanilla fue el escenario elegido para el festejo. Con la obra “Un lindo día, pero algo nublado”, bajo la dirección de Diego Smith fueron homenajeados los 103 alumnos de los diferentes centros de alfabetización, ubicados en los barrios Favorita, San Martín, Cano, 4ta y 5ta sección y Servicios Públicos.
La Municipalidad ha instrumentado y ejecutado desde 1984 el Plan que fuese distinguido en 1988 por la UNESCO con el “Premio Internacional de Lectura”. Desde entonces y hasta el 2008 han sido alfabetizados 4.292 ciudadanos de ambos sexos, mayores de 15, sin límite de edad. La matrícula 2009 es de un total de 103 alumnos.
Actualmente, según las estadísticas, en el mundo, uno de cada cinco adultos es analfabeto (dos tercios de ellos son mujeres), y 75 millones de niños no están escolarizados.
La Coordinación de alfabetización municipal tiene como objetivos despertar en el adulto la capacidad de dirigir su propia formación integral; posibilitar su inserción plena en la sociedad a partir del entorno familiar; incentivar la actitud crítica y reflexiva frente a los mensajes de los medios de comunicación y su entorno; asumir el compromiso como ciudadano libre y decidir su propio destino. Para informes de la Coordinación de Educación y Desarrollo Laboral, comunicarse al 4495277. La licenciada Mónica Vicchi es la coordinadora del área.
Rosario del Carmen Díaz de 70 años, que asiste actualmente a las aulas municipales cuenta su historia y relaciona su falta de instrucción con la oscuridad: “es como estar ciega, tener una venda que impide conectarse con el mundo que nos rodea” .
Según relata la anciana mujer, su vida estuvo signada desde su nacimiento por la pobreza y la marginalidad. Llegó a Mendoza hace 44 años, era apenas una adolescente con un pequeño niño en brazos. Venía desde Tucumán, A partir de entonces trabajó muy duro en tareas de servicio doméstico, se casó y crió a sus diez hijos. Actualmente concurre a uno de los Centros de Alfabetización Municipales: “aunque ya puedo leer, mi marido y mis hijos me impulsan para que continúe estudiando y, ese aprendizaje diario es lo que me da fortaleza para seguir proyectando y salir definitivamente adelante”.
Estela Avila, por su parte, de 48 años se recibió hace tres años en el Centro de Alfabetización del barrio San Martín:“ la alegría que se siente cuando uno aprende a leer y escribir es inexplicable. A partir de ese momento comencé a sentirme integrada a mi familia y a toda la sociedad, ahora puedo explicarles ó leerles cuentos a mis hijos más pequeños.”