Un detalle a tener en cuenta son los asientos de piedra natural sobre calle Patricias Mendocinas, en los sectores de las paradas de colectivos pensados para los pasajeros o bien para el público en general, y que reemplazan a los anteriores de hormigón, habiéndose prolongado su extensión. Son continuos y solo se interrumpen para dejar espacio a las farolas que iluminan el lugar. El ingreso por calle Patricias Mendocinas, desde la Peatonal, cuenta con un gran cantero con macizos florales, y en el centro, a todo lo largo, una extensa fuente con juegos de agua centrales y laterales iluminados en blanco y celeste, que secuencia movimientos ondulares como el paño de nuestra enseña Patria.
Parquización y riego
La idea de parquización, proyecto de los Ing. Agr. Ana M .González y Alejandro M. Ortega, fue la de mantener espacios abiertos. Por ello es que se trató de dejar solamente árboles, césped y flores. En los sectores que necesitaban arbustos, se colocaron los de tipo rastrero o aquellos que no producen masas muy compactas.
Se implantaron 70 árboles, 150 arbustos, 2.200 plantas colgantes y 55.000 plantines de flores, tales como petunias, pensamientos, caléndulas y alisos. Han sido distribuidos sobre todo en los accesos a la plaza y bordeando sectores que se deseaba resaltar como las fuentes y el escudo.
El riego se previó por aspersores emergentes. Los distintos sectores del sistema se accionan automáticamente con programadores. Los arranques de bombas y trabajo de válvulas eléctricas permiten el funcionamiento automático, semiautomático o manual y variación del tiempo según cada estación del año y sus necesidades.
Su historia
En sus primeros años, la Plaza que llamaban Parque, estaba demarcada por una balaustrada y tenía en el centro un lago artificial, que era su mayor atracción. Para los chicos funcionaba una calesita tirada por un caballo. La Plaza se erigía como símbolo de encuentro de una pujante ciudad. Para evitar accidentes fatales, en 1886 el lago es reemplazado por una fuente ornamental, que se retira en 1927, cuando se coloca la piedra fundamental del nuevo Palacio de Gobierno. La obra queda paralizada, luego de su primera etapa, debido a la imposibilidad de financiación cuando ya se había construido el subsuelo.
En 1941 se inician los trabajos de remodelación en base al proyecto del Director de Parques, Calles y Paseos, Arq. Daniel Ramos Correas. En 1945 es llevado al corazón de la Plaza el Museo de Ciencias Naturales, que actualmente se ubica en el Parque San Martín (Playa Serrana). Luego, en 1968 es inaugurado el Miniteatro Municipal en el sector norte del subsuelo de la Plaza. La terraza del teatro fue varias veces escenario del espectáculo Vendimial de la Ciudad de Mendoza.
Durante la primer gestión del Dr. Víctor Fayad (1987-1991) se comunica la Plaza con la Avenida San Martín mediante el Paseo Sarmiento, se inaugura la remodelación del Museo Municipal de Arte Moderno y se refacciona el teatro Julio Quintanilla. El 5 de mayo de 1995, luego de nuevas obras de remodelación, es inaugurada la Plaza, proyecto de la Arq. Nilda González, adecuada a los requerimientos de uso sin modificar el carácter de identidad que adquirió hace más de 50 años.
El espacio donde se ha ejecutado la renovación consta de una superficie de 55.000 metros cuadrados, de los cuales 980 metros cuadrados son producto de haber incorporado para la circulación y como espacio verde, el estacionamiento que existiera frente al Plaza Hotel y Teatro Independencia.
Por ser la plaza Independencia un patrimonio cultural de la ciudad de Mendoza, el proyecto encarado por la comuna se encuadró dentro de los parámetros propios de una reparación y adecuación a los actuales requerimientos de uso, sin que se modificaran el carácter y la identidad que adquirió hace más de 50 años y que ha llegado hasta nuestros días.
Valoración del Granito como se lo obtiene en la naturaleza
El trazado y las circulaciones se han construido en su totalidad por el avanzado estado de deterioro en que se encontraban. Tal como se lo concibió originariamente, se diferencian dos zonas, una ubicada al este de la prolongación del eje calle Mitre, y la otra al oeste de dicho eje.
En el primero de los dos se jerarquizaron los pisos de las circulaciones principales, construidas con granito rojo-dragón fiamantado, cuya superficie tratada en la llama permite lograr una valoración del granito como se lo obtiene en la naturaleza, siendo apto para brindar seguridad a los transeúntes, porque es antideslizante y no requiere mantenimiento, pues se trata de un material de gran dureza.
Los caminos ejecutados con este material son los ingresos por Mitre, por Espejo al norte y por Rivadavia al sur: desde el paseo Sarmiento al este y las diagonales que ingresan desde Rivadavia y Patricias Mendocinas y desde Espejo y Patricias Mendocinas.
La gran explanada central también se ha tratado con granito fiamantado, en el semicírculo que va desde el ingreso del teatro «Julio Quintanilla» al Museo Municipal de Arte Moderno, con líneas diagonales construidas con granito pulido del Salto de 0,15 m de ancho. Los pisos restantes se han construido con hojas de hormigón armado vibradas y premoldeadas.
Para darle unidad al conjunto, todos los pisos, tanto los de granito como los de hormigón, llevan una guarda lateral, en la que se han combinado piezas de granito rojo dragón pulido con laja negra de San Luis, bordeado por granito rosa del Salto pulido.
A continuación de esta guarda, que da unidad al solado, se ha alineado un borde de laja negra de San Luis, a modo de banquina, sobre la cual se ha ubicado farolas, bancos, carteles, papeleros y bebederos, alrededor de los espacios verdes.
En los ingresos se ha realizado tratamiento diferente, combinando el granito fiamantado rojo dragón con gris mara y la guarda en algunos casos, o piedra laja negra San Luis en otros.
Friso de la Independencia
El friso: «La Libertad, esa gesta anónima». Eliana Molinelli fue la autora del conjunto escultórico. Mirándolo de frente, a la izquierda se observa una mujer indígena montada sobre un caballo, que porta en sus manos un crucifijo, símbolo de la evangelización. La etapa colonial esta sugerida seguidamente por la representación de una reja con tales reminiscencias. El paño siguiente nos ofrece la dramática visión del oprimido, del esclavo- un hombre que da la espalda con sus manos atadas arriba- y a su lado, el mismo hombre ya liberado. El mural de la derecha también ofrece figuras en alto relieve referida a tres entidades: la familia, los inmigrantes y el trabajo y la cultura, la primera, por ser la célula básica de la sociedad, el primer ámbito sociabilizador motor de la integridad del ser humano. El paño siguiente es un homenaje al inmigrante, al trabajo y al esfuerzo que levantó esta provincia. Finalmente, el homenaje a la cultura alude a su gran fuerza liberadora, como queriendo decir, en un lenguaje sin palabras: sin cultura no hay independencia.
Toda la fuerza que emana del conjunto escultórico se sintetiza en el gran elemento central. Sendas moles de bronce pintado, de gran plasticidad y movimiento, plasman para siempre los dos campos celestes de la bandera nacional. La franja del medio será eternamente móvil, porque está representada por una cascada de agua que simboliza el permanente fluir de la historia hacia el futuro, poderoso como un torrente, pero a la vez inasible, siempre dependiente del sol, fuente de la vida y símbolo de los incas y de la nueva y gloriosa Nación. De las partes redondeadas que rematan el friso, caen chorros de agua que representan las acequias mendocinas. La obra ha sido realizada en bronce florentino. Cabe recordar que en la época de don Daniel Ramos Correa se había concebido un friso que no pudo concretarse. La municipalidad por aquel entonces había llamado a concurso y el escultor Lorenzo Domínguez fue ganador, quien en 1943 realizó el anteproyecto y algunas pruebas en el aula de la Academia de Bellas Artes de la U.N.Cuyo.