El Parque Central cuenta con una fuente que recorre casi todo su eje, en desniveles y con juegos de chorros de agua y cascadas que culmina en una escalinata en la plaza del reloj. En este predio se emplazaron las esculturas “Toro” y “Mujer americana” de Fausto Caner. El estanque, por su parte, tiene 7 mil m2 de superficie y 7 mil m3 de capacidad, con aproximadamente 1 metro de profundidad. En su cara suroeste está coronado por un anfiteatro natural en césped. Cuenta con un ecosistema propio con flora y fauna acuática recientemente renovada. Patos, mojarras, carpas koi y gambucias son las especies que habitan ahora en el lago del Parque Central después de una exhaustiva limpieza y desbanque de su lecho.
La idea surgió del reconocido curador, Ignacio Gutiérrez Zaldívar, quien contactó a Caner y luego al empresario Eduardo Andreu, que colaboró con la compra de los bloques de mármol. Posteriormente Gutiérrez Zaldívar planteó la iniciativa al intendente que inmediatamente dio el visto bueno.
«El lugar elegido por el intendente me parece maravilloso. Mendoza no sólo es una ciudad limpia, del sol y del buen vino, sino también del buen arte. Vivir con arte es ser un privilegiado y ustedes, los mendocinos, se lo merecen”, señaló el marchand de arte durante el acto.
Por su parte, Fayad resaltó en su discurso: “Fausto es un escultor fenomenal, con esta iniciativa quisimos agregar valor cultural a este paseo, en el marco de uno de nuestros ejes de gestión que es recuperar el espacio público. Le agradezco a Fausto por hacer estas dos hermosas esculturas para que puedan disfrutarlas los vecinos y a todos los que colaboraron para que esto sea posible”.
Por último, Fausto Caner, muy agradecido, se dirigió a los presentes e hizo hincapié en la confianza que depositaron en él para la realización de las obras. «Para mí es un orgullo que las hayan colocado en un lugar tan moderno e importante” y se sorprendió al ver cómo se ensamblaban perfectamente en el espacio: «parece que este lago y este lugar hubieran sido hechos a medida para estas obras».
El Parque Central, visitado por muchos mendocinos a diario, tiene dos nuevos motivos de interés:
La reciente llegada de dos obras de Fausto Caner y que será su hogar al aire libre durante dos años. Las piezas escultóricas emplazadas en el mulle del lago del Parque Central, han sido talladas en mármol travertino y las dos pesan un poco más de 10.000 kilos.
El “Toro” es un homenaje del artista Fausto Caner a un ser viviente, digno de respeto y que, según su concepto “es utilizado para una cruel diversión”. Su concreción está encuadrada dentro de lo figurativo y con un material que el artista describe como “blando, pastoso y muy noble”
La otra obra, “Mujer americana” es una fuerte y potente presencia de nuestras hondas raíces. En la imagen se advierten dos señales muy llamativas: su carácter silvestre y la compañía del agua, madre y sostén de todo lo que vive.
Fausto Caner nació en la bella Treviso, Italia, en 1947. A los dos años de edad se radicó con sus padres en Mendoza.
Se nacionalizó argentino y fue profesor de la Escuela Superior de Bellas Artes durante 19 años. Expone en salas nacionales desde 1971. Entre las distinciones logradas por su obra se cuentan Primer Premio Salón Nacional de Artes Plásticas, 1972.
Beca de Perfeccionamiento en Italia otorgada por el Instituto “Dante Alighieri” de Mendoza, 1984. Primer Premio de Pintura en el “XV Concorso Natale a Fireneza” Florencia, Italia (Academia Toscana de “Il Machiavello”) 1984. Primera Mención, Medalla de Plata en la sección Escultura del Salón Nacional de Artes Plásticas, 1985. Primer Premio Adquisición, sección Escultura, del Salón de Artes Plásticas “Vendimia 1988, Mendoza” 1986. Exposición de Artistas Plásticos Argentinos en Casa Rosada, Presidencia de la Nación, Buenos Aires, 1992. Premio OSDE en el Salón Nacional de Escultura en Madera, Chaco, Argentina, 1993. Premio Mención en el Salón Latinoamericano de Escultura, Chaco, 1994. Tercer Premio del Salón Cuyano Exposol, San Juan, 1994. Segundo Premio en sección Escultura del Salón Nacional de Artes Plásticas, 1994. En calidad de jurado de diferentes disciplinas actuó en salones provinciales, regionales y nacionales, 1986 a 1995.
Fausto Caner define a su obra como “arte latinoamericano” y sus metas son las del arte universal tal como él lo postula: “un camino infinito”.
Sus maestros fueron Hugo Carrizo, Dardo Retamoza y Hernán Abal. Está orgulloso de sus discípulos, entre los que menciona a su hijo Elzo Caner, José Lona, Osvaldo Chiavazza, Daniel Ciancio y Betina Tarquini. Autor de un mural dedicado a Gutenberg ubicado en calle Ayacucho de ciudad, en el frente de la imprenta “Cromos».