Se trata de la implementación de una de las iniciativas ganadoras de la edición 2023 del Fondo Verde para la Sostenibilidad Ambiental.
La Ciudad de Mendoza junto a Banco Galicia, a través del programa “Mendoza: Ciudad inspiradora”, el año 2023 lanzaron el Fondo Verde para la Sostenibilidad Ambiental.
En el marco de esta propuesta, y en línea con la celebración del mes de la diversidad biológica, la comuna continúa con la implementación de uno de los proyectos ganadores de la edición 2023: “Ecoepidemiología urbana: animales silvestres como centinelas y aliados”, liderado por investigadores de IADIZA – IMBECU – CONICET.
El proyecto consistió en la colocación, en distintas etapas, de un total de diez cajas nido para la especie de ave Lechuza del campanario (Tyto furcata). Estas han sido distribuidas estratégicamente en el área urbana y periurbana del territorio capitalino, lo que representa una acción más en el control biológico de especies plagas.
Sebastián Fermani, secretario de Ambiente y Desarrollo Urbano, en relación a la iniciativa manifestó: “Este proyecto es parte de la estrategia de biodiversidad urbana de la Ciudad, la cual se encuentra en línea con la actual agenda internacional y los constantes desafíos que demanda el cambio climático. La propuesta busca la conservación de las contribuciones de la naturaleza que brindan los ecosistemas saludables a las personas y, en consecuencia, la mejora de la calidad de vida de los vecinos. Además, contempla instancias participativas y educativas, que se desarrollarán en los espacios verdes de la Ciudad”.
La biodiversidad urbana: una aliada para la salud pública
La biodiversidad urbana juega un papel esencial en la salud pública, ya que las interacciones entre humanos, animales domésticos, insectos y fauna silvestre pueden verse alteradas por actividades humanas, influyendo en la propagación de enfermedades infecciosas.
En este contexto, la incorporación de elementos naturales y la implementación de acciones de gestión y manejo en el territorio de la Ciudad de Mendoza, en favor de nuestra biodiversidad urbana, pueden mejorar significativamente la calidad ambiental. Estas medidas no solo embellecen nuestro entorno, sino que también promueven la salud de los habitantes al reducir la incidencia de enfermedades transmitidas por vectores.
Las lechuzas: aliadas naturales en el control de roedores
Las lechuzas, pertenecientes al orden Strigiformes, desempeñan un papel crucial en el ecosistema al actuar como controladoras naturales de roedores. Específicamente, las lechuzas de campanario, como la Tyto furcata y la Tyto alba, han sido utilizadas en diversas partes del mundo como agentes de control biológico.
Se estima que un solo ejemplar adulto de lechuza de campanario consume más de mil roedores al año. Además, durante los dos meses que los pichones permanecen en el nido, los adultos les proveen aproximadamente 190 roedores, subrayando su eficacia como depredadores naturales.
Investigaciones indican que la colocación de cajas nido para lechuzas es una estrategia más efectiva para el control de roedores en comparación con métodos tradicionales como el trampeo o el envenenamiento. Este enfoque no solo es más eficiente, sino que también es ambientalmente sostenible, promoviendo un equilibrio natural en los ecosistemas donde se implementa.