Una de las estrategias de biodiversidad urbana que impulsa el municipio es la elaboración del inventario de aves, que será utilizado como indicador en el manejo del espacio verde público. En la nota, el detalle de las aves que habitan en estos sitios.
La Ciudad de Mendoza concreta acciones y políticas públicas en relación a la biodiversidad urbana frente al cambio climático en el territorio capitalino y una de ellas es el inventario de aves. En este contexto, en marzo pasado, se realizó un muestreo piloto de aves en siete espacios verdes, entre los que se incluyó la plaza Independencia, el cual arrojó los siguientes resultados: un total de 42 especies de aves registradas en sitios como plazas, parques y paseos, pertenecientes a 21 familias, siendo la Tyrannidae (aves cuya dieta se centra principalmente en insectos) la que presentó mayor cantidad de especies con un total de 9 taxones.
Tras relevarse la totalidad de los espacios públicos, el inventario determina un resultado de 49 especies registradas. De ellas, 47 son consideradas nativas (pertenecientes a la Ciudad de Mendoza) y 2 exóticas (de origen europeo establecidas en el territorio: la paloma doméstica –Columba livia- y el gorrión –Passer domesticus-).
Al día de la fecha, 37 espacios verdes se encuentran relevados, siendo el Parque Central el que contiene la mayor cantidad de especies registradascon un total de 40. Se destaca aquí la importancia de las características diferenciales de este lugar con el resto, entre ellas su mayor superficie (13.5 hectáreas), la presencia de un espejo de agua con peces y de diversas especies de flora nativa, donde se destacan la jarilla (Larrea divaricata), el chañar (Parkinsonia praecox), etc. Estas características ambientales permiten brindar recursos esenciales para las aves, como sitios de alimentación y nidificación.
La totalidad de los resultados obtenidos se los puede visualizar en el tablero de biodiversidad de la Subsecretaría de Ambiente y Desarrollos Sostenibles de la comuna capitalina.
Situación actual de la biodiversidad urbana
Naciones Unidas da cuenta de que la actividad humana ha alterado casi el 75 % de la superficie terrestre y ha desplazado a la biodiversidad y a la naturaleza a un rincón del planeta cada vez más pequeño, determinando que alrededor de un millón de especies se enfrenten a la extinción. Desde la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica, mencionan que, si las tendencias actuales continúan, se calcula que en el año 2050 la población urbana mundial será de 6.300 millones de habitantes, casi el doble de los 3.500 millones que había en 2010.
Más del 60% del área que se proyectó que estaría urbanizada para 2030, aún no se ha construido. Se prevé que la mayoría de este crecimiento se producirá en localidades pequeñas y medianas, no en las grandes ciudades. En tanto, América Latina proyecta que al 2050 sea una de las regiones más urbanizadas del mundo, frente a este escenario.
¿Qué rol cumplen las ciudades en la conservación de la biodiversidad urbana y los servicios que nos aportan?
La Ciudad de Mendoza, a través de su «Estrategia de Biodiversidad urbana» alineada con la actual agenda internacional y los desafíos que demanda el cambio climático, viene trabajando en integrar la conservación de la biodiversidad a la planificación ambiental estratégica urbana en el marco del desarrollo de políticas de gestión pública. Uno de los componentes nombrados en la estrategia es la construcción del inventario de aves, que será utilizado como indicador en el manejo del espacio verde público. Las mismas son excelentes indicadoras de salud ambiental e integridad de los ecosistemas, siendo consideradas «barómetros de salud ambiental del planeta».
En síntesis, la biodiversidad es una oportunidad y un desafío para conservar las contribuciones de naturaleza que brindan los ecosistemas urbanos saludables y en funcionamiento. Esto mejora significativamente la salud y el bienestar de las personas. En este sentido, la Ciudad de Mendoza entiende que en el territorio habita una gran diversidad de especies y que estas son claves para contribuir en la mitigación y la adaptación al cambio climático, en busca de una ciudad más sostenible y resiliente.