La Ciudad de Mendoza avanza con el proyecto HidroCultiva siendo fiel a los fundamentos que sustentan las políticas del triple impacto. En este trayecto, también, continúan las alianzas e intervenciones de otros organismos sinérgicos como es el caso del ISCAMEN, donde a través de Gastón Crauchuk, director de Agroecología, se viene capacitando a las mujeres que llevan adelante el proyecto. En esta instancia, se visitó el espacio con el fin de liberar controladores biológicos necesarios para poder manejar de forma ecológica y natural a los insectos enemigos de los cultivos de rabanitos, lechuga, espinacas y otras variedades.
De la mano de la Dirección de Agroecología del ISCAMEN, el proyecto HidroCultiva, pensado como un espacio destinado a los cultivos urbanos, se prepara para la producción de frutas, verduras, hortalizas y flores agroecológicas, y en esta oportunidad avanzó con esta acción en las siembras ya realizadas.
Además de proveer los huevos de controladores y enseñar a las trabajadoras a realizar esto de forma efectiva, Gastón conversó con las mujeres del lugar. Allí, les aportó conocimientos muy interesantes acerca del manejo de otras plagas que están comenzando a aparecer, con fórmulas económicas, caseras y con nulo impacto negativo en la naturaleza.
Esta forma de gestionar la ecología tiene el objetivo de ser más amigable no sólo con el medio ambiente, ya que se utilizan formas naturales y aprovechamiento de recursos, sino también con la salud de la población. El control biológico tiene la misión de aprovecharse de la biodiversidad del territorio para el control de plagas. Supone la producción y suelta en masa de enemigos naturales como parasitoides y depredadores para combatir a los insectos causantes de plagas sin la necesidad de recurrir a agroquímicos.
Controladores liberados que ya habitan HidroCultiva
– Huevos de Coccinellidae. Más conocidas con el nombre de mariquita o vaquita de San Antonio, se trata de una familia de insectos coleópteros de gran acción predadora sobre insectos de cuerpo blando y con destacados beneficios como herramienta de control biológico de plagas que afectan a las producciones hortícolas agroecológicas de la zona. Llegan a consumir hasta 800 insectos entre trips, pulgones y arañuela.
– Huevos de Crisopa (Chrysoperla carnea). Es uno de los depredadores de plagas más utilizados en el Manejo Integrado de Plagas; sus larvas son conocidas como «león de los áfidos» debido a que ejercen la acción depredadora sobre varias plagas como pulgones, escamas, piojos harinosos, moscas blancas, trips, ácaros, entre otras. En el estado larval, el controlador biológico crisopa es tan voraz que un sólo individuo puede consumir hasta 60 áfidos en una hora.
De esta manera, se apela a una de las bases que fundamentan la agroecología, que consiste en el aprovechamiento integral de todos los elementos que provee la naturaleza para que ella sola pueda compensar y equilibrar de manera natural lo que falta y lo que sobra a los cultivos.
La agroecología
Es un paradigma que promueve el diseño y gestión de sistemas de producción agrícola, recolección, elaboración, comercialización, consumo y comensalidad, económicamente viables, socialmente justos y ambientalmente sostenibles. Se caracterizan por una mayor resiliencia socio-ecológica y están orientados a fortalecer el buen vivir de toda la sociedad.
Como ciencia, la agroecología es una disciplina científica que reúne, sintetiza y aplica conocimientos de la agronomía, la ecología, la sociología y otras disciplinas afines. Aplica estrategias adecuadas para diseñar, manejar y evaluar agroecosistemas sustentables.
Como práctica productiva, se constituye en técnicas, procesos y herramientas que integran el conocimiento (actual y ancestral) de los productores y agricultores, para recuperar y aprovechar las interacciones biológicas beneficiosas y potenciar sinergias entre los componentes de los agroecosistemas. Por ello, se aplica a cualquier región, actividad productiva y escala de producción.
La agroecología como movimiento social es la expresión de un sector creciente de la sociedad civil, que reconoce su aporte para el logro de la soberanía alimentaria, demanda de alimentos y otros productos de calidad agroecológica. También, es consciente de la importancia de las condiciones de producción en relación a la conservación de los bienes comunes naturales y el respeto por los derechos humanos.
Los principios que caracterizan a los sistemas agroecológicos son la biodiversidad general del agroecosistema, que aporta y motiva servicios como la polinización, la regulación de poblaciones y la recuperación de la salud del suelo, donde es esencial el rediseño del sistema de producción al incluir especies vegetales recuperadoras de la fertilidad biológica; la regeneración y cuidado del suelo para la conservación de recursos naturales y agrícolas; el reciclaje; la resiliencia; la soberanía y seguridad alimentaria; la economía circular y solidaria; la integración al paisaje; el uso de recursos renovables; la minimización del uso de productos tóxicos; el manejo adecuado de la biodiversidad; y la maximización de beneficios a largo plazo, entre otros.