La extraordinaria obra de arte fue realizada por mujeres que asisten al Centro Integrador Nº 1 y contó con la supervisión y participación de Laura Pardo, hija del gran artista mendocino Orlando Pardo y profesora del taller “Pintura en acción” de este Centro.
La obra se plasmó en el muro que se halla junto a la entrada principal del CIC y entre los trazos de infinitos colores se pudo observar claramente la intención artística de reflejar con aquellos dibujos, algunas de las actividades que se realizan en los talleres de este espacio de integración. Por lo que Laura Pardo expresó: “Teníamos ganas de mostrar qué es lo que hacemos aquí adentro, desde el arte, que es muy sanador”.
Y agregó: “Si bien esto es un centro de salud y una escuelita de niños, entre medio funcionan talleres que ayudan al crecimiento, a la salud y a la vida en general. Por eso queríamos hacer algo distinto entre todos y salió esta belleza de la que me siento orgullosa y estoy muy satisfecha con el trabajo que han hecho los alumnos, con su entusiasmo, porque también son vecinos. Realmente el amor que se convoca acá, se manifiesta y hace que esto sea una fiesta”.
Por su parte María Paz Fenollar, coordinadora del Centro Integrador I, manifestó: “Estamos muy contentos por como ha quedado el mural. Le ha dado otra dinámica, otro color y los vecinos nos felicitan permanentemente. Ha llevado varios meses, ha sido un trabajo bastante arduo y esperamos seguir haciendo obras de este tipo con los alumnos de aquí”.
El objetivo de estos espacios es que la gente que asiste pueda sentirse a gusto, que sepa que es un lugar de contención, de aprendizaje y que además, les permite encontrar amigos. Conocer gente, realizar una tarea recreativa y cultural, aprender y trabajar en conjunto con organizaciones de la sociedad civil, son algunas de las motivaciones que dan esencia a este Centro Integrador.
El espectáculo contó con la participación de los alumnos de los talleres de guitarra, guiados por el prof. Gamal Darian y las bailarinas de danzas árabes que, acompañadas por su profesora Alejandra Abraham, mostraron su talento. Luego llegó el elenco de teatro musical y su obra “Caperucheta”, más tarde el breakdance y por último un explosivo show a cargo de la murga “Piantados por el pulso”.
Por todos los sonidos que representan las voces del CIC. Los sonidos de las lenguas extranjeras, los sonidos del taller de danzas árabes, las armonías del taller de acústica y guitarra, el ímpetu por la actuación de los jóvenes de teatro musical, el ritmo y el color de los integrantes de la murga, la sincronía de los bailarines del break dance, las voces de la experiencia de los adultos mayores.
Una sinfonía de voces unidas, integradas en ayuda mutua, abiertos a recibirnos a todos, sanando cuerpos, curando heridas tanto físicas como emocionales. Voces nuestras, voces de quienes nos eligen como lugar de encuentro reuniéndose con fines solidarios o de contención.
Este mural representa quiénes somos, lo que hacemos, lo que ofrecemos a la comunidad, escuchando voces, integrando a todos. Somos todos, somos uno, resonando.