Si en la Ciudad de Mendoza hay mucho turismo, es porque las posibilidades de conocerla en pocos días y a bajo costo -a veces gratis-, son infinitas. Este fin de semana, el centro comercial a cielo abierto se abrió bajo las estrellas y la luna llena. Los locales no gastronómicos de la avenida más visitada por mendocinos y extranjeros salieron a la vereda y liquidaron todo. Los que aprovecharon esta actividad adquirieron grandes beneficios en ropa, artículos, libros, entre otras cosas. Se pudo disfrutar de música en vivo, sorpresas y regalos.
Más de 80 artesanos dedicados al cuero se instalaron en la Estación Cultural para ofrecer productos hechos a mano. Es que la 4ta Expo Cuero se realizó una vez más en el Paseo Villalonga (calle Las Heras y Belgrano). Los turistas llegan a la Ciudad y lo que más solicitan -además de un descanso en la montaña y un paseo por alguna bodega- es una buena parrillada y productos de piel tratada mediante curtido. Esta invitación de la Ciudad de Mendoza y de la Asociación de Emprendedores y Artesanos del Cuero también brindó espectáculos artísticos y patios de comida.
Ambas actividades tuvieron por objetivo visibilizar y comercializar la producción de marroquinería, talabartería, indumentaria y calzados de la capital mendocina a fin de integrar los distintos sectores sociales mediante el desarrollo del turismo. Por supuesto, siempre con la misión de posicionar a la Ciudad de Mendoza como uno de los principales centro comerciales a Cielo Abierto a nivel nacional.
A propósito de las fiestas patrias de nuestros hermanos chilenos, la Expo Cuero se hace todos los años en esta época, ya que es cuando los turistas trasandinos nos visitan a raíz de las fiestas patrias que les otorga una semana de libertad para disfrutar de su Independencia.
Y fue en uno de los espacios más bonitos de la Capital donde chilenos y argentinos celebraron la libertad y la hermandad bajo la mirada del general San Martín y Bernardo O’Higgins. Durante tres días, miles de personas asistieron a la plaza para escuchar cuecas clásicas, degustar las típicas empanadas chilenas, un buen pastel de choclo, un pisco y vinos de ambos países.