A partir de octubre, se iniciarán las primeras acciones ambientales relacionadas a los espacios verdes, con la promoción de actos de restauración ecológica, renaturalización e implementación de jardines nativos, entre otras.
Los desafíos globales frente al cambio climático son una realidad que debe ser atendida. En este contexto, el desarrollo de Ciudades Sostenibles o Biodiversidades es una estrategia regional a la cual la Ciudad de Mendoza se ha sumado hace tiempo con acciones concretas. En este sentido, el municipio acompaña los esfuerzos de la región para proteger nuestra biodiversidad, ser cada vez más sostenibles y enfrentar con mayores garantías el cambio climático. Se trata de “actuar de lo local a lo global”.
Por esto, la capital, de manera conjunta con un equipo de investigadoras de CONICET conformado por las doctoras Gabriela Pastor, Laura Torres, Érica Scheibler, Andrea Astié, Mariela Arboit, Valeria Corbalán y la ingeniera Eugenia Videla, comienza el desarrollo de un proyecto pionero de corredores biológicos, que apunta a la renaturalización del paisaje en el corredor oeste – este de la Ciudad. Esto permitirá refuncionalizar los espacios verdes en pos del beneficio de la conservación de nuestros servicios ecosistémicos y la mejora constante de la calidad de vida de los vecinos.
A partir de octubre, se iniciarán las primeras acciones ambientales que se relacionan con los espacios verdes, en donde se promocionarán actos de restauración ecológica, renaturalización e implementación de jardines nativos, para promover que especies nativas de fauna (aves sobre todo) puedan albergarse en nuestro departamento y que las personas puedan interactuar de una forma diferente con la naturaleza. Este programa se desarrollará en tres puntos distintos de la comuna, siendo la Ciudad de Mendoza el primer municipio de la provincia, y del país, en implementar una lógica de corredores biológicos dentro de las ciudades.
Esta iniciativa es un acercamiento entre el Estado y el sector científico, el cual genera la posibilidad de la aplicación, en territorio, de resultados de investigación. La misma se encuentra relacionada a la implementación del modelo de biodiverciudades y, además, involucrará a la ciencia ciudadana, mediante la participación de los vecinos. Estos podrán colaborar en la realización de relevamientos, formando parte, así, del proceso y construyendo, conjuntamente, la base de datos para sostener este proyecto en el tiempo. De este modo, tanto el municipio como la comuna cooperarán en un importante aporte a la naturaleza, trabajando por una Ciudad más sostenible.