El reconocimiento fue otorgado en honor a su trayectoria y al aporte realizado durante tantos años en el ámbito de la actuación, dirección teatral y docencia, a nivel provincial y nacional.
El “Flaco” es un ícono de la cultura mendocina y fue homenajeado en un emotivo acto en compañía de su familia, amigos de la infancia, alumnos y otros artistas que también valoran la tarea del talentoso actor.
“Esta distinción es una de las formas con las que este municipio dice lo que piensa, nosotros distinguimos a Ernesto Suárez porque lo admiramos y es nuestra forma de hacérselo saber a él y a los demás. Admiramos su camino recorrido y su coherencia al andar, su representatividad de la Mendoza creativa, su rol como iniciador del teatro nuevo”. Expresó el Intendente, y posteriormente agregó: “Hoy honramos a través de su persona a la cultura identitaria, la democracia, la educación y la libertad”.
“Es un orgullo muy grande recibir una distinción de ser ciudadano ilustre de la misma Mendoza de la que tuve que irme, donde nací, me crié, donde de chico trabajé en las calles, donde están enterrados mis viejos y algunos de mis amigos. No sé si yo hubiera podido hacer lo que he hecho laburando si no me hubiera quedado aquí. Decidí quedarme porque esta es mi casa, mi familia, donde debemos trabajar para hacer un lugar mejor de lo que es. Ilustres somos todos los que laburamos con honestidad”. Manifestó Ernesto Suarez emocionado.
Luego de recibir la distinción y, como no podía ser de otra manera, el Flaco llamó a su compañero de tablas Daniel “el Negro” Quiroga e hicieron un fragmento de Educando al Nene», obra que comparten en distintos escenarios y con la que el público no paró de reír un solo instante.
Al terminar, todos los invitados compartieron un ágape en honor al talentoso artista mendocino.
Sobre el «Flaco» Suárez
En 1965 surgió un actor mendocino muy delgado y carismático en el elenco de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCyo. Allí trabajaba como bibliotecario Manuel Ernesto Suárez, quien decidió arriesgarse por el oficio de la actuación, al cual le entregó su vida entera.
El «Flaco» asumió la dirección de la Escuela Superior de Teatro y le cambió la cara, enfatizando la proyección en la comunidad, en sectores marginales, escuelas, instituciones privadas y oficiales. Fue el responsable de preparar el terreno para un nuevo teatro, comenzando a desarrollar la creación colectiva con formas inéditas y experimentales para esa época de utopías setentistas. Siempre luchando, debió exiliarse durante la dictadura y conjugar la nostalgia con la docencia en diversas ciudades en las que compartió experiencias con otros importantes referentes del teatro latinoamericano.
Creador del teatro escuela «El Juglar» en Guayaquil, director de compañías representativas como el Grupo Arlequín, del Instituto Cuyano de Cultura Hispánica, el «Flaco» Suárez regresó a Mendoza en 1985 y fundó el teatro «El Taller», por el que pasaron diversas camadas de actores de distintas generaciones y que continúa siendo una usina teatral hasta el día de hoy.
Ernesto Suárez es un hombre de teatro y un ser sensible ante las injusticias, por eso sus montajes, ya sean para niños o adultos, están siempre atravezados por una mirada lúcida y crítica que despierta conciencias y transmite sólidos valores humanos. En una extensa trayectoria escénica se destaca no sólo su talento como actor y director, sino su coherencia política e ideológica.
Luego de décadas de trabajo y vitalidad, este maestro recibe todo tipo de distinciones como esta que le otorgará la Ciudad de Mendoza, pero la más importante es la respuesta que su público le expresa en afectivos aplausos cada semana: ese es el premio mayor.