El teatro Quintanilla fue el espacio de arte elegido para acoger sobre sus tablas un sentido homenaje a la escritora Liliana Bodoc, a raíz de quien también se celebra el Día Provincial del Libro Infantil y Juvenil, teniendo en cuenta el natalicio de la artista, 21 de julio de 1958. La idea fue conmemorar, asimismo, 20 años de aniversario de la creación de la reconocida y multipremiada trilogía: «La Saga de los Confines».
Al comenzar el homenaje fue el turno de llamar al escenario al reconocido periodista mendocino Ulises Naranjo, quien se encargó de expresar unas emotivas palabras acerca de la artista y, entre sus dichos, comentó: “Mi cercanía es modesta, un par de veces llevé de visita a cárceles mendocinas y me concedió el honor de presentar su novela Memorias impuras en una feria del libro”. Luego, continuó: “Mírenla ahí: mírenla mirar como miran las madres; mírenla leer como leen las abuelas; mírenla reír como ríen las niñas; mírenla abrazar como abrazan las mujeres».
“La Lili leyó como vivió y puso a llorar y reír a personas solitarias, muy humildes, tristes, marcadas por rigores y tatuajes tumberos y lamidas a cada rato por las lenguas de la ausencia. Eso no lo logra cualquiera, hay que saber levantar un mundo literario con adobes, hay que saber sostenerlo y hay que saber compartirlo, como la Lili, esa, la de camisa blanca y pollera oscura, justo ahí, en el medio, la que abraza. La Lili es la que abraza”, cerró el periodista, aplaudido.
Al terminar el discurso de Ulises Naranjo, siguió el ballet de danza contemporánea de la compañía Danzandes, dirigido por Virginia Fassano. Los bailarines y bailarinas desplegaron sobre el escenario un cuadro fantástico que representó el capítulo “la Destrenzada”, de la “Saga de los Confines”. La actuación contó con la participación de Romina Bodoc, hija de Liliana, quien a medida que transcurría el acto iba leyendo los textos alusivos.
Toda la puesta en escena fue ovacionada, no solo por el cariño manifestado a la escritora, sino por la calidez contagiosa que se mantuvo durante todo el acto. La noche, que presagiaba una cita especial por su iluminada luna llena, coronó en la Ciudad de Mendoza un inolvidable homenaje a la artista, Liliana Bodoc, dejando derramadas en cuerpo y alma sus letras sobre el emblemático teatro mendocino.