Una de las plazas más queridas de la Ciudad de Mendoza cumple nada menos que 120 años. Se trata de la plaza San Martín, el emblemático paseo ubicado entre las calles Gutiérrez, 9 de Julio, España y Necochea. Si bien fue inaugurada el 5 de junio de 1904, luego fue remodelada y reinaugurada, gracias al aporte de los vecinos, el 25 de mayo de 2018, bajo la gestión de Rodolfo Suarez.
Históricamente, la plaza nació y se denominó San Martín en honor al prócer, durante la gobernación de Elías Villanueva. En su centro se luce la escultura realizada por el artista José F. García, en bronce fundido. Se trata de la figura del General, montado acaballo, con su dedo índice señalando el horizonte hacia el oeste, por donde fuera hecho el cruce de Los Andes. Es una réplica de la original, de José Luis Daumas, que se encuentra en la plaza homónima de la Capital Federal.
Si contamos parte de su historia, podemos decir que en 1863 se diagramó como parte del damero planificado por Julio Balloffet para la Ciudad Nueva, posterior al terremoto de 1861 y cuyo proyecto arquitectónico dispuso crear cinco espacios públicos que pudieran albergar a los vecinos en caso de catástrofes. Originalmente se la denominó plaza Cobo, en homenaje a Juan Francisco Cobo, quien introdujo el álamo en Mendoza.
Más tarde, en 1883, se inauguró en el centro de la plaza una torre, con un reloj de cuatro esferas, esto hizo que se la conociera popularmente como “Plaza del Reloj”. Pero en 1903, se decidió demoler la torre, para colocar en su lugar una estatua ecuestre del General San Martín.
En este sentido, para la construcción de la base de roca se utilizaron dos grandes bloques de granito traídos desde el Valle de Uspallata, seccionada en trozos y que fue transportada por el Ferrocarril Trasandino para luego ser rearmada en la plaza. El ingeniero Jacinto Anzorena estuvo a cargo de estos trabajos. Los pilares que sustentan las cadenas alrededor del monumento son cuerpos de cañones de hierro fundidos en el Arsenal de Guerra de Bs. As. y donados por el Ejército de la Nación.
Posteriormente, en 1925, se implantó en la plaza un hijuelo del pino del convento de San Lorenzo (Santa Fe) histórico árbol debajo del cual se cree, San Martín redactó el parte de la victoria del combate de San Lorenzo. Hasta 1968, cuando se decide su remodelación, la plaza había conservado su estilo original, sencillo y afrancesado, con farolas de hierro fundido y una vegetación de añosos árboles y palmeras. Luego, en 1970, se inauguraron las flamantes obras que estuvieron a cargo de la Arq. Graciela de Pagés y el Arq. Carlos Caporalini. En ese momento se dotó a esta plaza de desniveles pronunciados, escalones y jardines asimétricos.
Finalmente, la apariencia actual, libre de barreras arquitectónicas se debe a la última remodelación realizada en 2018, en la cual se unificaron los niveles de veredas con las calles perimetrales, soterrando las instalaciones existentes y dotándola de nuevo mobiliario y elementos ornamentales. También se incorporaron luminarias con tecnología moderna, ya que la energía de la plaza se genera mediante paneles solares, consolidándose como un espacio público ecológico y sustentable.
El espacio central se conservó como lugar de ceremonias, enfatizando el monumento al General San Martín, el sector del vástago del pino de San Lorenzo y la placa ubicada en la esquina NE que marca la altimetría oficial de nuestra ciudad. Además, la plaza San Martín se encuentra a 747,65 metros sobre el nivel del mar, con respecto al Océano Atlántico. Posee placas que contienen las Máximas Sanmartinianas dictadas por el Libertador a su hija, dispuestas de manera que sugieren un camino que une el monumento central con la Basílica de San Francisco, donde se encuentra la Tumba de Merceditas.
Desde siempre ha sido el lugar por el que miles de vecinos y turistas transitan a diario, se sacan fotos y recorren para disfrutar de su inigualable confort, luz y espacio. En la nueva plaza San Martín se puede apreciar una gran forestación, su pintoresca fuente, sitios de descanso y contemplación. Posee una mejor accesibilidad al haberse nivelado el predio a las veredas y uniformidad con las calles que la rodean. En cuanto a su confort que aporta, los asistentes se encontrarán con espacios de trabajo con conexiones USB y WI-FI, terminales de micros inteligentes, paradas de micros con paneles solares y pantallas interactivas con puertos de USB.