Con motivo de la celebración de un nuevo aniversario de la Ciudad de Mendoza, la cual este 2 de marzo cumplió 463 años, la directora del Museo del Área Fundacional, Betina Tamiozzo, compartió sus conocimientos acerca de la historia de la capital de la provincia. Esta fecha especial, también tuvo otro gran festejo, es que por primera vez, desde su participación en la elección, la Ciudad coronó como reina nacional a su representante vendimial, Agostina Saua Carrión.
Este relato histórico se enmarca dentro de las acciones en las que el municipio se encuentra trabajando para construir y revitalizar un sector de gran valor para el departamento, lo que será el Nuevo Distrito Fundacional. El mismo se dará a partir del resultado de un concurso de ideas y proyectos, que será lanzado por la Ciudad y el Colegio de Arquitectos de Mendoza (CAMZA) y que tendrá alcance nacional.
A través del relato de Betina, emprendemos un viaje por la identidad provincial que entrelaza los orígenes huarpes, la ciudad colonial y la transformación urbana ante las catástrofes naturales.
– ¿Qué pasó el 2 de marzo de 1561? ¿Cómo fue la fundación de nuestra ciudad?
En 1561 no había ciudad como la conocemos ahora. Lo que encuentran los españoles, cuando llegan acá, es el Valle de Huentota, uno de los asentamientos más grandes de los huarpes. Don García Hurtado de Mendoza, quien era hijo del Virrey del Perú y tenía un enfrentamiento con el Rey de España, sabe que sus días están contados y, entonces, quiere dejar algo plasmado. Por ello, envía a Don Pedro del Castillo a fundar la Ciudad de Mendoza, en honor a Don García Hurtado de Mendoza. Esta expedición llega en febrero de 1561.
– ¿Qué características tenía esa ciudad fundacional?
Había pocos pobladores y debieron pasar algunas vicisitudes hasta lograr fortalecer la ciudad. La misma era un lugar inhóspito a nivel geográfico, había ocupación huarpe cerca del brazo del río, lo que hoy es el Cacique Guaymallén, pero no tenía construcciones como uno puede pensar en la ciudad. Es bastante poco lo que se ha encontrado de la época de la fundación.
Incluso, en el Acta de Fundación, no existe ninguna referencia geográfica. Se plasmó un lugar al que se le atribuye la Plaza Central y el resto de los solares se otorgaron en una cuadrícula de 5×5 manzanas, es decir 25 manzanas fundacionales. Quienes se quedaron, una veintena de primeros ciudadanos, se fueron acomodando en una ciudad que, 300 años después, había crecido en torno a esa plaza que hoy conocemos como plaza Pedro del Castillo.
Hay mucho debate sobre dónde fue la ciudad, si fue acá, si se la trasladó, si fue en la medialuna fértil, pero lo que se toma como oficial es que esta es la primera plaza (Pedro del Castillo), que puede tener otras dimensiones, porque la ciudad se modificó en sus calles, en las anchuras de sus plazas, de edificios y demás.
– ¿Cómo se dio el crecimiento de la ciudad colonial?
En base a algunos planos, sobre todo del siglo XIX, hay una línea Norte-Sur que es la que delimita lo que hoy es la calle San Martín, antigua San Nicolás. Es decir que la ciudad creció hacia el Norte y hacia el Sur, no hacia el Este y Oeste. Al Este, siempre el límite ha sido lo que en la actualidad es el canal Cacique Guaymallén y, hacia el Oeste, el límite estuvo dado por lo que hoy es la calle San Martín.
– ¿Qué se sabe de la catástrofe que sacudió a la Ciudad en 1861 y su reconstrucción?
Los relatos que llegan de ese momento son sobre un hecho traumático, un 20 de marzo a las 20.32 horas. Se sabe de ese horario específico porque frente de la plaza Pedro del Castillo se encontraba el Pasaje Sotomayor y, ahí, había un hotel en el que se encuentra un reloj clavado en esa hora. De ahí se deduce la hora del terremoto.
Posteriormente dicen que se escucha un ruido ensordecedor, un ruido como de carretas con piedras siendo arrastradas. Ese ruido, es seguido por un sismo que se extiende por más de un minuto. Lo cierto es que la ciudad desaparece con el terremoto de 1861. Se evalúa que la cantidad de habitantes oscilaba entre los 10.000 y 11.000, donde la mitad de los habitantes mueren: algunos por el sismo y otros por las epidemias e incendios que se producen posteriormente.
Destruida la ciudad, se produce el traslado. Se suma la necesidad de tener una capital, una ciudad nueva y dejar de lado todo lo que pertenecía a esa época colonial. Así, se instala la ciudad en torno a la plaza Independencia, basada en una propuesta del Ingeniero Balloffet, donde hace una Gran Plaza (actual plaza Independencia) y cuatro plazas satélites, generando espacios que ayuden en nuevos sismos, para que la población tenga a donde refugiarse.
El Área Fundacional queda en las afueras de la ciudad. En el lugar donde había existido el Cabildo de la Ciudad de Mendoza se planifica construir el Matadero Público. En esta concepción de ciudad nueva y civilizada, se deja de lado lo viejo y lo colonial. Esta zona pasa a ser conocida como el barrio de las ruinas, ya que quedaban ruinas de pie, las de la Iglesia de San Francisco, la Iglesia San Agustín e Iglesia de Santo Domingo.
– ¿Con qué nos encontramos en el MAF?
El museo está catalogado como museo de sitio, es decir que existe donde se encuentra la pieza que se quiere lucir. En el MAF, se encuentran los antiguos restos del Cabildo, los restos del Matadero Público y podemos ver cómo se crea la ciudad. Acá nace la ciudad y se puede ver cómo el hombre trabaja para tener una ciudad bosque, que era algo impensable para 1561, y cómo se fue transformando ese medio árido en una ciudad confortable. Se encuentran los restos de esa antigua ciudad que no se pueden ver en ningún otro lado y se ve cómo se va transformando esa ciudad, de ese Valle de Huentota a lo que hoy es la Ciudad de Mendoza.
Para quienes deseen conocer más de la historia de la Ciudad de Mendoza, pueden recorrer el Museo del Área Fundacional, abierto a todo público de martes a sábado en horario de 8 a 13. El mismo se encuentra ubicado en la plaza Pedro del Castillo (Alberdi y Videla Castillo, Ciudad).