El encuentro, a cargo de Adrián Blejman, fue muy bien recibido por los participantes, quienes destacaron su autenticidad y se llevaron nuevas ideas.
Este miércoles por la tarde, la Ciudad recibió a Adrián Blejman para la celebración del “Antitaller juegos sin etiquetas”. El mismo convocó a jóvenes adultos, quienes recibieron con gran apertura e interés esta propuesta diferente.
Para iniciar, Blejman entregó un juguete a cada participante y consultó qué representaba la palabra antitaller para cada uno. En ese sentido, los presentes indicaron que a diferencia de los talleres, no tenía estructura ni preparación, sino que era más improvisado, menos estresante y que funcionaba como lugar de encuentro con ellos mismos.
Luego, conversaron sobre cómo se inventan los juegos e improvisaron distintas dinámicas con los juguetes recibidos al principio; desarrollaron colectivamente un juego con un pañuelo y, después, trataron de desarmar un papel higiénico sin romperlo.
Seguidamente y con música de fondo, armaron una pista en el piso y caminaron descalzos por ella como si fuera un mapa del que sacaban y dejaban juguetes. E inmediatamente después, improvisaron un tablero de ajedrez con un rollo de cocina, colocando servilletas en el piso como si fueran casilleros y, ellos, las piezas.
De acuerdo a Blejman, “fue un momento muy bonito, libre y descontracturado, casi sin consignas y guiado por los participantes”: “fue muy gracioso, nos reímos mucho”.
Por su parte, Sebastián, uno de los asistentes, comentó: “Fue bastante interesante. Yo siempre estoy a favor de estos espacios lúdicos para las personas. Me llamó la atención que fuera un antitaller; soy antisistema, juego, entonces me mandé de una”.
Y agregó: “Te abre la cabeza y te hace eliminar ciertas barreras establecidas en la sociedad. Está bueno para cambiar la manera de pensar de las personas y terminar jugando”.
Finalmente, Nina, otra de las participantes, señaló: “La dinámica fue distinta, porque el foco estuvo puesto en la interacción y la creatividad que surge del compartir grupal. Disfruté de crear juegos desde un lugar completamente nuevo, en el que las reglas y las consignas eran creadas a cada momento. Sin lugar a dudas, una experiencia única en su esencia”.