Próximamente, se colocarán cajas nidos para lechuzas en diferentes lugares de la capital. Con esto se busca el control natural de plagas, principalmente de roedores.
En la Ciudad de Mendoza, se desarrolló una reunión de trabajo entre funcionarios de la subsecretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la comuna e investigadores de CONICET. La misma se centró en el objetivo de avanzar en la colocación de cajas nidos para lechuzas, lo que representa una acción más en el control biológico de especies plagas en el ecosistema urbano. Este proyecto busca la conservación de los servicios ecosistémicos y la mejora constante de la calidad de vida de los vecinos.
Participaron del encuentro, el subsecretario de Ambiente del municipio, Sebastián Fermani, junto a parte de su equipo, y por el lado del CONICET, los investigadores, personal técnico y estudiantes Agustín Zarco, Ever Tallei, Paula Garrido, Lucas Sbriglio, Manuel López, Nahuel di Marco, entre otros.
Al término de la reunión, Sebastián Fermani señaló: “Nos reunimos con equipos del CONICET para implementar un proyecto vinculado al control natural de plagas a través de biodiversidad. Se trata básicamente de la instalación de dos pequeñas cajas para las lechuzas, que son especies naturales de nuestros ecosistemas, cuyas presas son aquellos animales que generan problemáticas como son los roedores. Las mismas serán instaladas en el Parque Deportivo de Montaña y en la Nave Cultural donde vamos a seguir sus resultados para extender la colocación a otros puntos de la Ciudad”.
Las lechuzas y su rol en el control de plagas
Ante la presencia de roedores con patógenos que pueden ocasionar enfermedades zoonóticas en las ciudades, resulta importante promover la regulación de las poblaciones de una manera sustentable y ecológicamente amigable. Las lechuzas (aves: Strigiformes) son animales de suma importancia por su papel como controladores de roedores. Por ejemplo, las conocidas como lechuzas de campanario (Tyto furcata y T. alba) han sido utilizadas en diversos lugares del globo como control biológico de estos animales.
Se estima que cada individuo adulto de lechuza del campanario consume más de mil roedores anuales, que los adultos le proveen a cada pichón unos 190 en los dos meses que estos están en el nido y que es más efectivo colocar cajas nido para lechuzas que la extracción de roedores por trampeo o envenenamiento.
Muchas ciudades del mundo han tomado como política la colocación de cajas nido para estas aves por su papel en el control de roedores y, asimismo, se trata de una especie carismática utilizada como modelo de educación ambiental.