La medida se pondrá en práctica a partir de junio de este año y busca que distintos sectores de la economía se sumen a la certificación de triple impacto.
En el marco de las distintas políticas ambientales desarrolladas por la comuna, y en línea con la trayectoria en materia de compras públicas de triple impacto y promoción de la economía circular, la Ciudad de Mendoza estableció la obligatoriedad de certificar estándares de sostenibilidad para todos los proveedores de productos y/o servicios que quieran trabajar con la institución. Los mismos fueron desarrollados por el municipio y cumplen también con la misión de acercar a los distintos sectores a procesos de certificación de triple impacto.
En este sentido, el intendente Ulpiano Suarez destacó que “la sostenibilidad dejó de ser una opción, no sólo para las ciudades y gobiernos en sus diferentes niveles, sino también para todos los sectores de la economía. Los desafíos que nos plantea el cambio climático requiere de asumir compromisos por todos”.
Y remarcó: “Problemáticas como pobreza y cambio climático nos ponen ante el desafío de ser ágiles en la interpretación de la realidad social, económica y ambiental para seguir adaptando la propuesta de Economía Circular a las necesidades del planeta. Allí, los gobiernos locales, por la cercanía y el trabajo territorial, tenemos la ventaja de ser más efectivos a la hora de implementar políticas públicas de triple impacto”.
Las problemáticas ambientales y sociales requieren de una respuesta estatal articulada, eficiente y rigurosa para poder alcanzar las metas establecidas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible- Agenda 2030 (ODS). Es importante mencionar que la meta ODS 12.7 de esta agenda convoca al sector público a actuar como un consumidor responsable y como promotor de prácticas de contratación pública que fomenten el desarrollo económico sostenible.
Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) los gobiernos de todo el mundo gastan alrededor de US$ 9,5 billones anuales en contratos públicos, lo cual en promedio representa entre 12% y el 20% del Producto Interno Bruto (PIB) de un país. La compra pública se presenta como un mecanismo fundamental para el fortalecimiento estratégico de sectores económicos emergentes, a la vez que se da cumplimiento a las políticas en materia de sostenibilidad.
La Ciudad de Mendoza en el año 2018, a través de la Ordenanza Nº3946, declaró de interés municipal el desarrollo del Ecosistema B, de Empresas tipo B y las Compras de Triple Impacto dentro del ejido capitalino. Además, mediante la misma se estableció un pequeño margen de prioridad de compra pública para proveedores que acrediten contar con alguna de las siguientes certificaciones: Certificación de Impacto B, Certificación de calidad ODS u otras nacionales y/o internacionales que acrediten su accionar en el marco del Triple Impacto, a través de un modelo de impacto social y/o con un modelo de impacto ambiental.
Es así como se concretó la segunda Ordenanza Municipal Nº4099 del año 2022, logrando establecer un nuevo y amplio sistema de certificaciones municipales y bases específicas para ser reglamentadas y utilizadas dentro de la esfera de las contrataciones.
A través de dicha ordenanza, se busca ofrecer a la comunidad de empresas locales alcanzar una certificación de triple impacto otorgada por el municipio y, así, obtener beneficios diferenciales como reducción de tasas, beneficios de puntuación en compras públicas, etc.
Asimismo, se apunta a acompañar desde el inicio del cambio, con asesoramiento legal, contable y ambiental gratuito hasta lograr la obtención de la certificación por medio de los órganos de control e inspección que serán creados a tal efecto.
La certificación consiste en un sistema de puntaje con un máximo de 15 puntos y un mínimo obligatorio dependiendo del tamaño de la empresa, estableciéndose 5 categorías: Energía, Agua, Residuos, Emisiones y Equipo de trabajo. Dicha certificación se otorgará luego de que la empresa demuestre el cumplimiento del puntaje mínimo, el cual será diferencial para empresas chicas, medianas y grandes.
La economía circular y el desarrollo sostenible se posicionan como la alternativa más viable para hacer frente a las problemáticas globales de pobreza y cambio climático. Desde la Ciudad de Mendoza se entiende que los gobiernos locales, trabajando de manera coordinada con el sector privado, la sociedad civil y la ciudadanía, son los protagonistas para acercar y poner en práctica en el territorio los compromisos asumidos en pactos globales y nacionales.