El ejemplar se encuentra en óptimas condiciones de salud y avanza conforme a lo establecido en el programa de trabajo acordado. Además, ya disfruta de la compañía de otras especies en su nuevo recinto.

El tortugo Jorge cumplió un mes en su nuevo hogar, el Centro de Rehabilitación de Fauna Marina ubicado en la Ciudad de Mar del Plata. En busca de brindarle mejores condiciones, el ejemplar que se encontraba en el Centro de Conservación para la Biodiversidad (CCB) de la Ciudad de Mendoza fue trasladado el 26 de octubre hasta la localidad costera, tras 38 años de cautiverio.

“Si bien sólo ha pasado un mes, nos alegra compartir con ustedes los enormes avances de Jorge. Él seguirá acompañado por equipos profesionales especializados en todo momento y nos aseguraremos que el plan desarrollado sea cumplido. Agradecemos a todos los mendocinos que diariamente nos siguen trasmitiendo el afecto por Jorge y el interés por su bienestar”, manifestó el intendente Ulpiano Suarez.

A partir de los resultados de evaluaciones y estudios ejecutados por especialistas, en estas primeras semanas se ha podido determinar que el tortugo se encuentra en excelentes condiciones de salud y avanza conforme al programa de trabajo acordado. Esto marca una mirada optimista respecto a las posibilidades de continuar mejorando progresivamente su calidad de vida.

Un novedoso punto sobre su nuevo hábitat es que el quelonio se encuentra conviviendo con otras especies en el estanque. Se trata de tres rayas de mar, con las que comparte lugar, mientras que la semana próxima lo hará con cangrejos, acercándose poco a poco a un ecosistema de mayor biodiversidad.

Actualmente, Jorge ha podido adaptarse a nadar en mayores profundidades, siendo su nivel actual de 2 metros. Asimismo, se ha observado un buen comportamiento del mismo, con un perfecto estado de ánimo, en donde alterna periodos de mucha actividad con un buen descanso. 

Hoy, el espacio del tortugo se encuentra provisto de agua proveniente de su ecosistema natural y se ubica a pocos metros del mar, permitiéndole familiarizarse con su sonido. También, más cerca de la naturaleza, tiene la posibilidad de disfrutar la luz solar de cada día, por la cual el ejemplar ha demostrado un particular interés, buscando su reflejo dentro del recinto.

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