“Sueño de una noche de verano”, pieza de Shakespeare llevada al ballet con música de Mendelssohn, y «Bolero», música de Ravel con coreografías relacionadas con la danza española, son las obras que recibirá el Teatro Mendoza este viernes, a las 21.30. El equipo responsable será el prestigioso y reconocido Ballet Clásico de María Cristina Hidalgo.
A su vez, se suma al elenco como bailarín invitado nada menos que Matías Santos, desde el Teatro Colón (Buenos Aires). Santos se hará cargo del rol de Oberón en “Sueño de una noche de Verano”, acompañando a Paloma Riveros como Titania, y asumirá el rol principal de “Bolero”, acompañado por Tamara Garay.
En «Bolero», eterna composición musical de Maurice Ravel, sus imponentes sonidos encuentran expresión en una magnífica coreografía con movimientos que tienen su origen en elementos de la danza española.
Sobre «Sueño de una noche de verano»
La historia escrita por William Shakespeare y escenificada por el cuerpo de baile se adentra en el siguiente relato: «Durante la boda de Teseo e Hipólita tiene lugar una obra plagada de fantasía, sueños, amor y magia que se entremezclan en las historias de amor de dos parejas nobles, de unos cómicos despreocupados y un grupo de miembros del mundo de las hadas. La historia está ambientada en Atenas y tiene cinco actos. Hermia está comprometida con Demetrio pero está enamorada de Lisandro y no puede casarse con él porque su padre no lo acepta. Entonces esta pareja de enamorados decide fugarse al bosque. Hermia se lo cuenta a su amiga Helena en confianza, pero ella se lo cuenta a Demetrio porque está enamorada de él y cree que así se lo compensará. Los enamorados huyen perseguidos por Demetrio y este, por Helena. A su vez, los reyes de las hadas tienen una pelea, que hace que el rey le pida un líquido mágico a Puck que sirve para enamorarse de la primera persona que veas. Al ver a Demetrio y Helena pelearse, el rey de las hadas le ordena a Puck que vierta el jugo en los ojos del ateniense. El duende, sin embargo, se confunde y vierte el jugo en los ojos de Lisandro, quien se enamora de Helena. Para corregir el error, Oberón vierte el jugo también en los ojos de Demetrio, que se enamora de la misma mujer. Paralelamente, la reina de las hadas se enamora de uno de los actores, Bottom, a quien Puck lo hechizó poniéndole una cabeza de asno. Finalmente el drama se soluciona con ambas parejas de humanos ya correspondidos y con el permiso de casarse libremente».