La reconocida compañía argentina de música, danza y teatro vuelve a escena presentando «Fierro«, inspirada en fragmentos de la obra poética literaria de José Hernández “El Gaucho Martin Fierro”. La esperada nueva propuesta escénica de El Choque Urbano se transformó en un éxito inmediato en su estreno en Buenos Aires con localidades agotadas en muchas de sus funciones y esta semana aterrizará en Mendoza con una función única el próximo jueves 27 de junio, a las 21.30, en el Teatro Mendoza.
En «Fierro», El Choque Urbano se reinventa para enriquecer y potenciar su propuesta. Sus composiciones musicales están influenciadas con la música electrónica, el hip hop, el folclore, el tango, la cumbia y la música clásica. De la misma manera, sus coreografías están nutridas por diferentes lenguajes como la danza contemporánea, el house, el afro, el tango y el folclore.
«En estos tiempos donde la tecnología nos desborda de herramientas y a la vez nos invade y nos sobreestimula, volver a las palabras nos resulta urgente. Nuestro deseo es llevar al espectador por un viaje donde la música, la poesía y el movimiento lo acerquen a la cultura argentina y latinoamericana para así poder redescubrirnos nuevos», cuentan los artistas.
Esta compañía hace del ritmo, la percusión y la danza una experiencia orgánica entre el hip hop, la electrónica y los instrumentos reciclados o inventados. Sin embargo uno y otra encastran justo en lo que resulta todo un logro escénico: mostrar algo diferente y novedoso en este tipo de propuestas, ya muy transitadas por diferentes elencos, y hacerlo dejando una idea, un concepto argumental. El Choque Urbano obtiene como resultado que todos los espectadores (literalmente, todos y todas, sin importar edades ni condiciones físicas) terminen metiéndose en el ritmo y bailando.
«El foco está claramente puesto en el ritmo, la música y la danza. Pero, como ocurre en general con los espectáculos de El Choque (Fabricando sonidos, La nave y ¡Baila! fueron los anteriores) hay una idea que se plantea sobre (o junto a) lo performático. Suenan instrumentos que entran y salen de escena enganchados en grandes estructuras: los caños de pvc, a modo de sikus gigante (se encargan de los bajos y melodías, congas plásticas, platos, instrumentos de cuerdas tensadas con latas de tomate (con un mántrico sonido oriental), bolsas, los tachos y tachitos de todo tipo. Y también una guitarra desvencijada que aparece entre la basura. Los actores, músicos y bailarines (16 en total en escena) dicen los textos, cantan poesía, tocan y bailan», describen desde el elenco. Imposible no moverse en la butaca mientras todo esto sucede, una vez que el ritmo se instala.
Inclusive al final hay permiso para no ser mero espectador y que el público se pare a bailar, como eyectado, en una escena casi catártica. «Y entonces sí, ‘Fierro’ suena con un ritmo multiplicado, es un viaje sin igual donde la diversión y la reflexión confluyen en un mismo mensaje. Fierro es música, es teatro, es arte, es poesía, es magia, es pasión, es humor, es compromiso, es danza, es energía, es ritmo, es cultura, es fantasía, es percusión, es un sueño, es una fiesta«, aseguran.
La síntesis argumental de «Fierro» describe la obra de este modo: “En medio de la noche, una persona sale a tirar sus desechos y se encuentra con un gran basural nunca antes visto. Una enorme montaña de bolsas de basura cubre lo que antes era una bella plaza, donde en un tiempo lejano, muchos niños crecieron, jugaron y fueron felices. Él tendrá el desafío de desenterrar esos sueños perdidos y sepultados, para volver a embellecer nuestro medio ambiente y recuperar los recuerdos olvidados. Una marea rítmica invade los sentidos del espectador invitando a cada uno a que participe activamente de la tarea; bailando, cantando y haciendo música junto a los artistas. Entre todos descubrirán esa plaza oculta bajo tanto olvido”.
Las entradas tienen un valor de $600 y $800.