El militar irlandés tuvo una destacada actuación en el ejército libertador de José de San Martín.
Como parte de los festejos por el Bicentenario del Cruce de los Andes, en la Legislatura fueron recibidos los restos del General Juan O’Brien, un irlandés que fue pieza fundamental en el ejército libertador que lideró José de San Martín.
Los restos de O’Brien fueron trasladados desde el Cementerio de la Recoleta, en la Ciudad de Buenos Aires, hasta la casa de las leyes, donde fueron recibidos por Regimiento de Infantería de Montaña 11.
Del acto, que estuvo encabezado por la vicegobernadora Laura Montero, participó el intendente de la Ciudad de Mendoza, Rodolfo Suarez.
Las actividades ofiaciales continuarán mañana, desde las 11, con una actividad artística a cargo de la Banda de la Policía de Mendoza en la explanada de la Legislatura.
El domingo, de 10 a 18, los restos de O’Brien estarán en exposición en el Salón de los Gobernadores, también en la Legislatura. Mientras que el lunes, serán traladados al Campo Histórico El Plumerillo.
Sobre Juan O’Brien
Su nombre original es John Thomond O’Brien. Nació en Wicklow, Irlanda, en junio de 1786 y murió en Lisboa, Portugal, en junio de 1861. Fue soldado y marinero en su juventud, y luchó en España contra Napoleón Bonaparte.
Llegó al Río de la Plata en 1812, con la idea de dedicarse al comercio. Otras versiones lo identifican como un auxiliar militar enviado por el ejército británico para controlar a José de San Martín y a Carlos María de Alvear.
Al poco tiempo de su llegada, se enroló como oficial en el Regimiento de Granaderos a Caballo de San Martín, pero este se negó a darle un grado superior al de alférez.
Años más tarde, se unió al Ejército de los Andes, donde fue ayudante de campo de San Martín en las batallas de Chacabuco y Maipú.
En 1820, después de ser uno de los firmantes del Acta de Rancagua, formó parte de la Expedición Libertadora del Perú. Acompañó a San Martín en el campamento de Huaura y en la entrada a Lima. Fue uno de los presentes en el acto de la firma de la Independencia del Perú, y fue enviado con trofeos de guerra a Santiago de Chile y Buenos Aires.
Se incorporó como general al ejército de Andrés de Santa Cruz, durante la guerra de la Confederación Perú-Boliviana contra la Confederación Argentina. Intentó viajar a Buenos Aires como representante diplomático de Santa Cruz, pero su supuesta misión diplomática no fue reconocida y fue arrestado. Sólo la intervención inglesa logró que fuera puesto en libertad meses más tarde.
Fue embajador de Rivera ante Gran Bretaña e Irlanda, y realizó varios viajes entre el Río de la Plata y Londres.
Volvió a visitar Buenos Aires poco después de la batalla de Caseros. Abandonó para siempre el Río de la Plata con la caída del dictador Venancio Flores en 1854.
O’Brien regresó a Irlanda y murió el 1 de junio 1861 en Lisboa, en su camino de vuelta a América del Sur.
Sus restos fueron repatriados a la Argentina en 1938 y recibió un funeral oficial.