Mediante este plan, el municipio entregó las escrituras que convierten en titulares de dominio a todas las familias que han logrado obtener su vivienda a través de un proceso autogestionario de construcción sobre terrenos, en su mayoría del Estado.
Para lograrlo fue necesario un proceso que involucró la articulación de la gestión provincial, municipal y de la población de la zona que posibilitó que las familias se conviertan en propietarios. Entre los vecinos que recibieron sus escrituras Anastasia Gutierrez del Bº Nueva Esperanza dijo: “Al fin voy a recibir la escritura de mi casa, somos una familia numerosa de 7 integrantes y estamos todos muy contentos”. También contó su experiencia Raúl Labra: “Estoy muy feliz, la escritura que recibo es de la casita que era de mi madre, pero ella ahora no está y yo vengo en representación, es un orgullo porque hoy recibo su sueño”.
Por otro lado, el Intendente Víctor Fayad expresó: “Estamos compartiendo un momento muy especial, es una de las acciones más reconfortantes, después de tanto tiempo estas familias acceden a la escritura que los certifica como legítimos propietarios de su vivienda. Es brindarles seguridad para ellos y para sus hijos, es entregarles su derecho a una vivienda digna, una vivienda propia. La casa de uno, junto a la vida, es el anhelo más preciado que se pueda tener”.
Con las escrituras en mano, estas familias obtienen la seguridad jurídica del inmueble que habitan, como condición básica para generar procesos de arraigo de los pobladores al lugar y con ello el mejoramiento de la calidad de vida de los mismos.
Estos títulos de propiedad son de gran importancia, implican saldar una deuda histórica con sus ciudadanos y convertirlos en propietarios a los habitantes de los asentamientos informales, ubicados al Oeste de nuestra ciudad.
A través de la obtención de sus escrituras se hace realidad el derecho constitucional de propiedad de la vivienda colaborando con la integridad e integración social y contribuyendo al sentido de pertenencia y permanencia de sus pobladores.
No es menos destacable que se fortalece la familia (institución básica de la sociedad) y se combate la pobreza a partir de aumentar el valor de la casa, que se transforma en el primer capital social de la familia que la habita.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es el mejoramiento urbano para superar la precariedad de la situación habitacional.
Comienza así un proceso que posibilita el avance de un nuevo modelo participativo y social, donde la acción integral tiende al mejoramiento del hábitat informal, la regularización dominial y el abordaje de la conflictividad social.