La eximia cantante flamenca, que durante dieciocho años fue primera voz del grupo Simpecao, contagió alegría y vitalidad a todos los presentes.
De esta manera, quienes realizaban sus compras por la zona pudieron disfrutar de excelente música, y también aquellos que se tomaron su tiempo para detenerse a observar más tranquilos alrededor de la pérgola.