Tanto el Parque San Martín como los diferentes parques que han ido surgiendo en los departamentos del Gran Mendoza, constituyen una alternativa válida para satisfacer requerimientos y necesidades de toda nuestra población y de los visitantes.
Con sus más de 300 hectáreas cultivadas, 82 más en expansión y casi 20 kilómetros de caminos interiores, el parque General San Martín se ha instalado como uno de los espacios verdes urbanos más importantes de Sudamérica.
Sin embargo, ese extenso predio, fundamental para contribuir a mejorar la calidad de vida de la población, no alcanza en la actualidad para cubrir las necesidades de la gente, especialmente los fines de semana, tanto para disfrutar de la naturaleza como para la realización de prácticas deportivas. Por una cuestión de distancias y hasta de circulación (el parque automotor creció en forma exponencial en los últimos años), es que los diferentes parques que han ido surgiendo en los departamentos del Gran Mendoza constituyen una alternativa válida para gran parte de los mendocinos.
La construcción del General San Martín constituyó una tarea ciclópea, porque hubo que avanzar sobre el desierto y surgió como una necesidad sanitaria, luego del terremoto de 1861, cuando Mendoza sufriera epidemias de difteria, cólera y sarampión y hasta aluviones desde el pedemonte.
Para el médico sanitarista Emilio Coni y para el entonces ministro Emilio Civit, el parque constituiría una defensa sanitaria -generando un pulmón verde- y una solución a los problemas aluvionales, a través de la forestación. Con el correr de los años, el parque fue poblándose de familias que concurrían a disfrutar de los prados, a la par que fueron surgiendo distintos clubes e inclusive lugares de esparcimiento, como el Jardín Zoológico.
Sin embargo, ante las propias necesidades sanitarias y de recreación de distintos departamentos del Gran Mendoza, es que comenzaron a crecer sectores verdes alternativos, utilizados a pleno por la población. Es el caso de los predios que bordean al Acceso Este, en Guaymallén, que ha recuperado y repavimentado los caminos “de salud”, mientras concluyeron las obras de la ciclovía que construyó la comuna de Guaymallén. Es común observar allí, diariamente, a gran cantidad de gente realizando caminatas o distintos ejercicios, a quienes se suman decenas de familias durante los fines de semana.
El parque Central, en la Capital, se ha convertido en el segundo pulmón verde más convocante, después del San Martín. Pensado para agrupar actividades deportivas, recreativas y culturales, la actividad actual es constante, con caminatas guiadas y la realización de distintas actividades artísticas.
Una situación similar se plantea con el parque Metropolitano, en Maipú, un paraíso rodeado de olivos y otras especies arbóreas, que congrega a adeptos no sólo de ese departamento, sino también de Godoy Cruz, Guaymallén y Las Heras. No menos importante ha resultado la parquización de aquellos cañaverales que formaban parte de la antigua estación Benegas, en Godoy Cruz. El lugar fue transformado en un espacio para caminar, realizar actividades físicas y culturales.
Se trata de iniciativas importantes y que deben continuar cumpliendo esos objetivos trazados. Para ello es fundamental que las autoridades continúen con la tarea de mantenimiento y de seguridad, pero esa labor debe concatenarse con una actitud permanente de parte de los usuarios, en lo que a mantenimiento de la limpieza se refiere. Esto irá en su propio beneficio.