En lo que va del año, la Municipalidad de Capital secuestró 8.500 motocicletas, de las cuales 2.100 aún no fueron retiradas por no estar al día con los papeles. Además existiría una baja en la cantidad de delitos, lo que alienta al Municipio a controlar cada vez más motos.
Estos datos se conocen en medio de protestas abundantes, ruidosas y caóticas en contra de una ordenanza municipal que obligará a los motoqueros a usar el número de patente en el casco a partir de la segunda quincena de octubre, cuando esté lista la reglamentación.
Sin embargo, desde el Municipio no quieren usar las estadísticas para justificar la medida. Simplemente se ajustan a decir que la ordenanza implica un control más.
El comisario inspector en jefe de Ciudad, Ángel Fozzatti, subrayó que hay una “marcada tendencia a la baja en los delitos, entre ellos el robo de motos”, pero tampoco dio cifras.
Sin embargo, trascendidos marcan que las denuncias por delitos generales han bajado de 1.200 a 900 por mes en Ciudad.
Esto podría ser una respuesta a los grupos de motociclistas que dudan de la efectividad que tienen las iniciativas de Capital y se resisten a usar la patente en la cabeza. Pero desde la Comuna se limitan a decir que sólo es una forma de involucrarse en la seguridad de toda la provincia.
“Hay datos más ciertos. Sacamos de circulación 2.100 motos que no tenían patente o de dudosa transacción. Y los delincuentes están cambiando su accionar”, resumió Raúl Levrino, subsecretario de Seguridad de Capital.
Sobre el accionar de los delincuentes, el intendente Víctor Fayad ya había revelado que “están cambiando su modus operandi. Antes robaban en la zona bancaria o en la puerta del banco. Ahora, como no pueden, tienen que desarrollar un trabajo de inteligencia, seguir a sus víctimas a los domicilios y robarles en Guaymallén, Las Heras u otros departamentos”.
“Esta tendencia a la baja no se les puede atribuir a los controles viales exclusivamente. Pero de alguna manera hay resultados. Claro que el que fue víctima de un delito no cree en esta mejoría”, analizó Fozzatti.
Levrino no considera de ninguna manera que esto sea patearles el problema a los departamentos vecinos. “Hay que entender que las medidas que tomamos no van en contra de nadie. Pero ante los controles en las salideras y zonas bancarias, los delincuentes buscan alternativas. Así van al tercer anillo, que es el domicilio de la víctima”, explicó.
Publicado en: Diario Uno, Ed. Impresa. Fecha: 21 de septiembre de 2009. Sección: Mendoza. Por: Gonzalo Ponce.