El acontecimiento congregó a un centenar de personas que se agolparon hoy, en la puerta del histórico local, entre familiares, amigos y transeúntes que quisieron acompañar a los Alonso en este sentido homenaje a su fundador que impulsó el Intendente Municipal. Mientras, el bandoneonísta Ernesto Calvo, tiñó de tangos la soleada mañana.
El emblemático café fue fundado en 1948 por la familia Alonso. Por sus mesas pasaron famosos políticos, jueces, empresarios y deportistas. El municipio reconoció su trayectoria colocando una placa en homenaje a su mentor.
El histórico café, creado por Don Pedro Alonso, abre sus puertas en 1942 con el nombre de Tribunales en Espejo y 9 de Julio. Luego, en 1948, se trasladó a su actual domicilio, España y Espejo donde adoptó el nombre Jockey Club, el cual fue tomado de una peluquería cercana.
A las 6.15, el Jockey Club abre sus puertas, el café es lugar de encuentro para el desayuno de los bancarios, abogados, políticos y periodistas de la zona. Además, es el epicentro de cansados taxistas y transeúntes que se detienen en busca de una estimulante bebida caliente. También es la antesala de cine y teatros, y el escenario de espera de un amigo o novia. “Por nuestras mesas pasaron reconocidas figuras del ambiente político, magistrados, empresarios y deportistas”, cuenta Pedro Alonso, nieto del fundador.
Jockey Club mantiene el negocio en familia desde hace 67 años con una trayectoria intachable, motivo por el cual el intendente Fayad quiso homenajear a su mentor, Don Pedro Alonso (fallecido en 1977) colocando una placa en la puerta del local en honor a su creador y a su familia que supo sostener el negocio durante tres generaciones.
También fueron homenajeadas la mujer, la hermana y la nuera de Don Pedro; Raquel de Alonso, María Estrella Alonso de Quiroga y Viviana Isgró, a quienes el intendente Fayad les entregó un ramo de flores.
Hoy están al frente del café Norberto Alonso, junto a su hijo Pedro y su nieto Martín, quienes prolongan a sus clientes ese trato de amigos entre pocillos humeantes y con el mismo sabor de siempre. Entre sus mesas se entremezclan miles de recuerdos, anécdotas, charlas y discusiones acompañadas con el sabor de la tradicional infusión, en el marco de un espacio con identidad propia. “Mantenemos la calidad y el gusto. Utilizamos la misma marca, pero el secreto está en la mezcla que realizamos artesanalmente”, destacó Pedro.
El simbólico café, tiene empleados que han acompañado durante largos años el emprendimiento familiar de los Alonso, es el caso de los hermanos Morilla. Miguel Ángel Morilla es mozo del local desde el año 58 y Jorge Morilla desde el 69, su padre Miguel fue el primer mozo del desaparecido café Tribunales.